martes, 1 de noviembre de 2011

Cuando hablamos de familias cuidadoras hemos de
hablar de mujeres ya que son ellas en mayoría las
que cuidan a sus familiares ancianos Existe la creencia
normativa de que cuidar es trabajo de las mujeres,
pero no solamente de las hijas, sino también de
las esposas, de las nueras, de las nietas, de las sobrinas,
de las hermanas. Todas ellas cuidadoras de
ancianos.
La cultura de la familia troncal descarga la obligación
de los hijos en las nueras. Al contrario, en la
familia igualitaria algunas mujeres se niegan a cuidar
a la suegra por creer que no es de su incumbencia:
“a tu madre la cuidas tu” (le decía una nuera a
su marido). La investigación demuestra que el número
de nueras que cuidan es bastante inferior al
número de hijas ya que cuando toca a los hijos se
busca una ayuda externa. También, a veces, hay
nueras cogidas en una red de obligaciones conflictivas
al tener que cuidar padres y suegros a la vez.
Algunas mujeres han socializado su papel de cuidadoras
y las consiguientes creencias relacionadas con
la familia. Este es su rol y lo cumplen. Sin embargo,
otras mujeres cuidadoras de hoy, que en gran
parte trabajan, se encuentran situadas en una encrucijada
difícil, como puede ser el caso de tener que
decidir si se deja el trabajo o no, para convertirse en
cuidadoras a tiempo completo. Ello puede comportar
desde conflictos hasta costes personales como la
pérdida de los años de cotización. En estas situaciones
de dilema, cuando se priorizan los proyectos de
vida propios, como en el ejemplo de la madre que
exige que su hija deje el trabajo para ayudarla a
cuidar a su padre y ella no lo acepta, aparecen los
consiguientes conflictos familiares y personales traducidos
a veces en culpabilización.

MAAG

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