domingo, 27 de noviembre de 2011

Historia de un abuelo

La soledad te come más rápido que el tiempo, Cuando eres joven jamás te imaginaste que vas a tu vida en un lugar diferente a tu casa, olvidado por tu familia, sin saber que paso con todos…
Y te llegan recuerdos de lo feliz que fuiste a su lado y al final lo único que te  queda es resignarse a no volver a verlos… de quedarte aquí a esperar que todo esto termine.
Aquí la gente que nos cuida es buena, son amables, nos apapachan y creen  que  no nos damos cuenta, pero tanto ellos como nosotros ya sabemos que lo único que hacemos aquí  es esperar a que alguien nos recoja o nuestras familias o la muerte, para ser  sincero no sé qué sería mejor
Cuando era más joven y podía moverme yo quería lo mejor para mis hijos y así fue les di lo mejor de mi… a pesar de que trabaje se sol a sol tenía tiempo para estar con ellos… aunque sea poquito al día, pero muchas veces cuando más lo necesitaban.
 Ya con el tiempo cada quien agarro camino y en mi casa solo se escuchaba el silencio, pero es la ley de la vida, siempre supe que algún día se irían aunque no me imagina que fuera así, que me borrarían por completo de su memoria. No les reprocho que trabajen, yo sé que tienen que hacerlo, lo que   me duele es que crean que el cariño que me dan aquí se compara con lo que ellos podrían darme, bueno pudieron darme.
Yo le doy gracias a dios, porque  me puso en un lugar cálido, casi como mi casa, donde hay más personas que compartan el mismo sentimiento. Por qué si no fuera por él no sé dónde estaría, no puedo negar que he vivido momentos felices pero no se compara, los extraño.
Soy una  más de las tantas historias que existen en nuestro país, unas empiezan, otras ya acabaron, de la mía no sé cuánto falte pero ojala que terminara bien que mejor que sintiéndome en paz. Con el cariño de los seres a quienes les di vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario